LA ELECCIÓN DE MINISTERIO
Juan 15,16 Ustedes
no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado
que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca.
Luego de tomar la decisión definitiva de servir, empezamos a elegir el
lugar donde queremos ejercer nuestro servicio, leemos los programas que nos
ofrecen las comunidades, parroquias, fundaciones etc. Y comenzamos a ver si
nuestro perfil se ajusta algún servicio en particular, luego procedemos a
inscribirnos y empezar la formación para ejercerlo, esta elección debe ir
acompañada de oración y mucho discernimiento, constancia y compromiso, no puede
ser tomada a la ligera simplemente porque no habían más opciones, o porque
tengo mucho tiempo libre, etc. El Señor Jesús quien nos escogió para dicho
servicio, quiere que demos fruto; pero para dar fruto es indispensable la
elección correcta de ministerio.
Sucede en ocasiones que algunas personas se frustran porque inician un
ministerio y no era precisamente lo que esperaban, o tal ves su llamado no era
para este servicio, puede ser también que el temperamento de quien elige el ministerio no es lo
suficientemente valiente y perseverante y al encontrar obstáculos deciden no
persistir e ir saltando de uno a otro ministerio sin producir ningún fruto.
Cuando en el
libro de Juan nos dice el Señor: “Les he
encargado que vayan”, muchas veces nos encontramos en una encrucijada
pensando ¿ir a dónde Señor?, este envío es un llamado específico que el Señor
nos hace y que si meditamos en nuestros dones, carismas, talentos etc. será
cada vez más claro hacia dónde quiere Dios que nos dirijamos. Surge entonces
una serie de inquietudes, si el
ministerio que elegiré, es el indicado para mí, especialmente el Ministerio de
música que profundizaremos más adelante; lo que quiero que tengamos en cuenta
es que la elección de nuestro ministerio (Servicio), debe estar sujeta a la
oración y los puntos vistos anteriormente, no puede ser un deseo impulsivo,
esta elección debe estar sujeta al discernimiento de quien la toma y sobretodo
debe ser muy a conciencia de los retos, tiempo, perseverancia que implica dicha
elección, ningún ministerio es un camino de rosas que no tiene espinas, TODOS
los ministerios requieren de una fuerte renuncia y motivación divina para perseverar
y no desfallecer en el intento.
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